sábado, 29 de octubre de 2011

Podría en mis sueños crear la historia más bella de las historias que pudiste conocer. Podía mostrarme tal cual soy con mis tantos defectos y algunas virtudes y así llegar a quererme. Pude querer, pude dejarme querer, pero terminó. No hay vueltas de páginas en esta historia, yo fuí quien arrancó cada hoja, cada capítulo. Es difícil mostrarte mi lado oscuro. Mostrarte que no te necesito, que no te quiero, que no me faltas. Y sin embargo lo logré, porque eso es lo que crees tú hoy de mí. Pero por el bien de los dos, fui yo la que tenía que hacer fuerza acá, secar mis lágrimas y ponerle pecho a la situación. Decir no, cuando todo tu cuerpo quiere seguir. Quizás en la próxima vida, la próxima estación, nuestros cuerpos se reconozcan y puedan vivir lo que hoy matamos. Y no me mires, no me busques más. Es la manera de facilitarme las cosas, noto como ya te desanimaste, como ya sientes que no existen motivos para obsesionarte en tenerme. Pronto otra acudirá, otra te llenará de besos como lo solía hacer, llevarás a otra a su hogar, a otra abrazarás y tomarás de la mano. A otra le dirás te quiero. En cambio yo, siempre estaré pensando en lo que pudimos ser, sin ganas de intentar alguna historia más.



¿Cómo se puede amar y odiar a alguien al mismo tiempo? Así es mi amor: atemporal. Por momentos olvido el presente cuando él es un tipo despreciable y solo puedo recordar cómo era, cómo me trataba, cómo me quería. Mezclo personalidades, momentos, tiempos y así mi amor se vuelve atemporal: sin poder distinguir lo que fue y dejó de ser, de lo que nunca será.

Llegué al punto de auto-convencerme de que ya no me afectás y lo cierto es que ya no lo hacés, porque por fin, por primera vez en mi vida, en esta situación tan cotidiana como cualquier otra: Lo entendí todo. Y no me pregunten por qué hoy, por qué así ni qué es lo que entendí. Simplemente me di cuenta que no da seguir así, por fin.Estoy intentando cambiar yo, cambiar las cosas, no por vos, no por alguien más, sino por mí y por el hecho de que tengo que seguir, y vos seguís caminando por este mundo. Yo intenté todo porque las cosas entre nosotros queden bien, pero vos no lo quisiste así, yo intenté que por respeto o por un mínimo nivel de cariño, debido a todas las que te banqué, me merecía que nos quedáramos en un simple - ¿Cómo estás? ¿Tan difícil es? ¿O tu capacidad para entender las cosas es muy limitada? Porque a fin de cuentas, yo fuí la que te bancó tantos meses, pero parece que las cosas son así, cuando vos me necesitaste, estuve. Ahora que yo necesito sencillamente un saludo para no sentirme tan inexistente a vos, ni te influye mi situación. ¡Con qué facilidad solucionás las cosas! ¡Qué bueno que sos a la hora de cagarte en los demás!No, no sos la persona de la que yo me enamoré un día, es una lástima. 
Hace días que tengo un agujero en el pecho. Es la nostalgia de ver que las cosas, siempre vuelven a su lugar, que al fin y al cabo, recuperan su forma. Es la incertidumbre de saber, qué será de tu vida, cuántas habrán frecuentado tu existencia después de mí, a cuántas les dijiste te quiero, cuántas veces más temblaste con un beso. Es la angustia de reconocer, que pude haberte tenido si al menos no fuese tan determinante, igual queda clavada la duda. Es el orgullo resquebrajado de saber que estás de la mano con otra persona, cuando tendría que estar yo en su lugar. Es el recuerdo del último adiós, la vez que más nos reímos, la unión inconclusa, y la noche de tus ojos. Es la mirada más azul mientras me decías ese 'no entiendo cómo, pero te quiero' que desestructuró mi sistema. Es la bronca de extrañarte aún cuando no hayas sido tanto, aún cuando no deba. Es el inconsciente, que me traiciona otra vez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario